Te mirabas reflejada en el agua
las manos recogían esa agua de tus ojos
la rabia invadía mientras los dedos hacían puños
la risa tropezaba en la pared que respondía a ecos
la sal de las lágrimas cerraban los ojos
invitaban a querer volar
la mesa era su único consuelo
mi rabia se evaporaba de las aguas de tus ojos
me miraba así sentía así
la cuerda del alma estaba destemplada
me apoyaba en la pared con los puños encontrados
me sentaba en aquel rincón desconsolado
con la mirada al suelo
los codos y rodillas encontradas
los brazos entrecruzados
mordisco de labios propios
me quedaba en el suelo extraviado
sentía así en tí
la cuerda del alma destemplada
manos apoyadas en el tocador
ojos encontrados en el espejo
opacado por el sudor de lágrimas
me miraba en tí
mis labios humectaban cada línea de tu rostro
risa perdida en la habitación.
