Confieso que me he confesado
acariciarte en ningún sonido de tus rincones
ver por el cielo la
caricia del no sentir al aire
podrías existir en el sentido del amanecer
se daría dormir tus sentidos en la noche ajena
los cristales juegan a mirarnos, van por esconderse
juego a quererte en el momento de no querer;
confieso la caricia era un verso en tu piel
basta a mi lado tenerte, sin irnos ni extraviarnos
regresar es sentirte distante en lo travieso de querer
no culpes al ayer ni culpes a lo que ya pasamos mañana
quédate para mirarte en disculpas de caricias, voces ligeras
la ausencia es acariciarte destellas los sentidos
tocarte es mirar en el ayer ni bien de venir
quedémonos en tu mirar en el aire que no quieras
podrías existir entre caricias que no te las explicas
basta no decir al aire que no queda por decir
ojos de tus ojos que acarician al no ido por querer
acariciar la paciencia del sonido de rozarte
pretender mirarte y sentir en el intento
confesión en tu piel, en tus ojos, en la sangre de tu alma
confieso que me he confesado