Parados y extraviados por ocasión
era un adiós y una cercanía a cuestas de la gente
me atabas a ti y me echabas a la vez
me perdía en tu camisa
tus manos se perdían debajo de mis ropas
era innegable irnos cada quien por su lado
era innegable quedarnos de pie sin dejarnos ir
déjame cogerte de la mano
déjame llevarte conmigo a no se donde
vámonos de aquí a cuestas, diestras y siniestras
no te resistas larguémonos de aquí
voy a dejarte ir conmigo, déjame ir contigo
déjame engañarte y dejare engañarme
larguémonos de aquí.
Las gentes nos miran extasiadas incomprensiblemente
que lo hagan, que nos vean, que nos envidien
si lo hacen de aquella forma es porque no somos simples mortales
somos mortales no comunes con eso que nos hace diferentes
engrana tus dedos a mis dedos
mírame así como lo haces en esta esquina y en todos lados
acércate así sin mas dudarlo.
Después nos iremos tu y yo cada quien por su lado
cuando camines por esa calle, ese callejón, esa esquina
recordaras a este mortal quizás ahora tan común como los demás
estarás caminando por esa calle, ese callejón, ese rincón
veras esa esquina de aquella tarde, de esa noche, de ese instante
con su pared intemperizada y congelada por el tiempo
esa es nuestra esquina, de aquella calle, de aquel rincón
de ese instante extraviados por ocasión
la esquina queda sin extraviarse
se queda sin inmutarse ni desvariarse
no importa que estemos ya distantes
la esquina cómplice se queda siempre así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario